lunes, 4 de abril de 2011

¿DÓNDE ESTÁ LA FRANJA AMARILLA?: UNA METÁFORA QUE INVITA A LA RECONCILIACIÓN.

Por: Óscar Molina



William Ospina es un escritor destacado en la literatura actual de nuestro país y sus aportes sólidos tienen corte existencialista y democrático.  Son reconocidas a nivel nacional e internacional obras como: Las trampas del progreso, La América mestiza, Lo que le falta a Colombia, Buscando a Bolívar. Etc.  Dentro de su acervo literario se relacionan la poesía, el ensayo y la novela.
Dónde está la franja amarilla es un ensayo escrito de manera sencilla, ya que usa un lenguaje que no admite ambigüedades y que permite al lector, develar  brevemente la historia de nuestro país, al tiempo que reflexiona acerca de los acontecimientos históricos y políticos que han marcado rumbos en muchos casos inciertos y que finalmente nos avocan a la sinrazón de pertenecer  a un país sin tener bien claro el sentido patriótico y la verdadera esencia de la colombianidad.  Se puede decir que el ensayo plantea de manera directa una pregunta que es metáfora, dado que la misma portada del libro presenta una especie de ave  amarilla que puede ser nuestro emblemático cóndor de los andes vendado y amordazado con una franja que tiene los colores azul y rojo.  Así,  partiendo de nuestra condición de colonos es preciso que se haga un recorrido a través de nuestra historia y que se planteen interrogantes acerca del papel de la “democracia” que rige a nuestro país y la participación que se le ha dado a los que no tienen el privilegio de nacer en cuna de oro.  Es claro que somos un país de hegemonías políticas y que estamos acostumbrados a que todo sea repartido entre los que poseen más y que más allá del saqueo material se les quite a muchos la oportunidad de vivir dignamente y hasta el deseo de pertenecer a un país donde no hay  muchas posibilidades.
Una de las cosas que llama la atención del ensayo es la manera directa como el autor pretende tocar al lector; entonces el escrito se convierte, como muchos, en un imperativo de lucha: “…Esta labor ardua debe contar con la participación de aquellas personas que cuentan con las herramientas que brinda la educación; que beneficien a la población en general cimentado de esta manera un país que pueda ser reconocido por; la exuberante riqueza de fauna y de flora, por la destreza e inteligencia de su gente, por la belleza de sus paisajes y la diversidad de climas, y no por las muertes, los secuestros, los asesinatos y el narcotráfico.”
En cuanto a la metáfora, la franja amarilla constituye ese color de nuestra bandera que no se pondera porque siempre ha predominado en azul y el rojo a través de los abusos de los dos partidos políticos tradicionales.

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